martes, 2 de enero de 2007

Este libro es la historia del día de mi vida:

Aurora blanca.
Mañana verde.
Mediodía rosa.
Tarde violeta.
Noche encendida.

Está escoltado por la belleza de este prólogo admirable del gran escritor Don Alfonso Ortega Carmona.
En él aparecen lindezas como estas:

“Siempre está amaneciendo. Amanecen ideas y latidos, palabras, lagrimas, gozos y sonrisas.
Amanece todo. Todo lo veo amanecer, porque estoy amaneciendo yo.”


Tarde Violeta

Yo soy como la tarde: la pequeña montaña, coronada de azul, que se nutre de azul. Y siento el gran deseo de poseer todo a cambio se dar todo.


La noche encendida

La noche se ilumina con el fulgor del cielo.
Se encienden los neveros de la alta montaña.

A los ríos ondulan las manos de la luna
Y derraman los mares destellos infinitos.

Todo mi ser acoge eterna claridad,
esperando gozoso total renovación.